Como consecuencia de las visitas de investigación de accidentes, que realizamos desde este Instituto de Seguridad y Salud Laboral, venimos observando que en muchas ocasiones aparece la escalera de mano y su utilización inadecuada o incorrecta, como la causa directa de muchos de los accidentes que investigamos desde este órgano científico técnico en materia de prevención de riesgos laborales.
Es muy frecuente en muchos de los casos analizados, la utilización de escaleras de mano, en vez de la utilización de otros equipos de trabajo más seguros y de menor nivel de riesgo y más adecuados a las características de los emplazamientos que el empresario no pueda modificar. Todos sabemos que la elección del tipo más conveniente de medio de acceso a los puestos de trabajo temporal en altura, deberá efectuarse en función de la frecuencia de circulación, la altura a la que se deba subir y la duración de la utilización.
La pérdida de estabilidad de la escalera debido a la posición incorrecta de la escalera de mano simple (ángulo inadecuado), o en el caso de las escaleras auto-estables (de tijera) apertura incompleta del elemento de seguridad; o debido a la superficie del suelo irregular, inestable o resbaladizo; o por el deslizamiento de la base hacia el exterior del muro o por el vuelco hacia atrás; o por el deslizamiento lateral por sobrecarga, posición del usuario o superficie de apoyo superior insuficiente; o por la ausencia o fallos de dispositivos antideslizantes; y por la no fijación de la parte superior o inferior de los largueros, son las causas más frecuentes de accidente.
La caída del trabajador, por el uso de calzado inadecuado o suelas sucias, porque los peldaños o travesaños están sucios, porque largueros y travesaños dañados y/o desgastados o las condiciones de mantenimiento de la escalera inexistentes, es algo que podemos evitar.
Malas prácticas como descender de espaldas a la escalera o ascender dos peldaños a la vez o ascender o descender con manos ocupadas etc. Es necesario erradicarlas, a través de una adecuada y completa formación.
Si evitamos todas estas peligrosas prácticas, conseguiremos que nuestros espacios de trabajo sean cada vez más seguros y saludables.
Para mayor información, leer la ficha divulgativa, que se adjunta como documento de la presente alerta.